Saluden al pajarito...
Mauricio Funes ha estado concentrado en generar el mejor clima para su llegada al gobierno el primero de junio. Para ello ha lanzado muchos mensajes sobre la estabilidad que el país necesita. La visita a Lula ha sido un buen mensaje que da confianza sobre el rumbo a seguir en su gobierno. Hasta hoy sus palabras han sido cuidadosamente medidas y sopesadas. No ha tenido empacho en regañar o contradecir a los mismos integrantes de su equipo de gobierno cuando han dado declaraciones que a su juicio son incorrectas.
Cuando sea grande:
Eu quero ser como seu
Pero también las distintas expresiones de las derechas han comenzado a actuar en consonancia. La derecha política expresada en ARENA, no solo aceptó su derrota, también da la imagen de colaborar con el electo en la transición. La derecha empresarial habla de dialogo constructivo, de puntos y temas de convergencia, de sus necesidades como sector. La derecha intelectual, que se expresa en diferentes comentarios en los grandes medios de comunicación, también han mostrado una apertura de cerebro que pocas veces hemos tenido la oportunidad de ver.
Estos elementos nos crean la impresión que muchas cosas han cambiado en el país después del resultado electoral de 15 de marzo. Si se hace un estudio comparativo de lo que decía la ANEP y las cámaras empresariales sobre Mauricio Funes antes del 15, y lo que dicen ahora, después de esa fecha, pareciera que estamos ante dos países distintos o a personas diferentes. Antes del 15 se mostraban ofendidísimos por las declaraciones de Funes sobre la evasión de impuestos y le pedían que presentara pruebas o se disculpara públicamente. Ahora se olvidaron de la ofensa y tienen disposición al diálogo con el presidente electo.
Miren que bonito...
Creo que los salvadoreños estamos obligados a preguntarnos ¿En realidad cuanto hemos cambiado? ¿Es posible que un buen discurso de victoria la noche de las elecciones cambie un país como el nuestro?
Si somos objetivos, descubriremos que el nuevo discurso de todos los actores políticos, empresariales e intelectuales que conforman las derechas, busca abrir espacios de diálogo y entendimiento. Pero también busca envolver al presidente electo en una dinámica y un formalismo que les de seguridad y les permita el mantenimiento de una buena parte del estado de cosas.
Aquí nos veremos...
Por otra parte, Mauricio Funes, está conciente de los graves retos que enfrentará desde su gobierno y está conciente de la correlación de fuerzas formal y real con que cuenta, por tanto, este clima que abre espacios al dialogo y al entendimiento le favorece y necesita moverse en él.
El punto es ¿Cuánto va a durar esta situación de tregua? ¿Qué va a pasar cuando Mauricio comience a tomar decisiones que lesionen intereses de los poderosos grupos que históricamente han dominado el país?
Mauricio Funes debe aprender a romper el falso axioma, que la buena relación será posible solo si hace lo que les conviene a los empresarios. Esto lo llevaría a no lograr las más caras aspiraciones y esperanzas de sus votantes. Lo llevaría a la parálisis en el peor momento de nuestra historia moderna como consecuencia de la crisis económica mundial.
Mauricio Funes, los empresarios, los distintos actores políticos y la sociedad en general deben aprender que la buena relación con el gobierno es resultado de reglas claras que se deben concertar o al menos conversar. Que los empresarios sepan que habrá medidas que implicarán un sacrificio, que la acción gubernamental no estará a su servicio exclusivo como ha sido hasta hoy, que cambiará el sentido de la acción del Estado. La clave es que sepan a que atenerse.
Achís! Y ¿Que no mandamos nojotroj puej..?
Pero que también tengan seguridades básicas de hasta adonde llegará el gobierno. Que cosas no se harán. Que tengan claro cuales serán sus espacios reales de acción. Esto es lo que permitirá una relación sana, positiva, que tendrá desencuentros y contradicciones, pero también tendrá mecanismos de administración y mediación de las diferencias.
Esto obligará a Mauricio a comenzar a ejercer modulaciones en su discurso. No puede continuar indefinidamente con estos mensajes que por su generalidad, refuerzan confianza pero no dicen nada en concreto. No puede continuar en la línea de definir sus acciones y prioridades sobre la base de lo que no hará, regañando a los que con mucha voluntad están colaborando con él.
Además las derechas se aprovecharán de esa situación que generaría indefiniciones. Un ejemplo es la intención de aprobar la ley de compensación a los servidores públicos, que es un adefesio jurídico para que el personal de confianza del Estado, que llega por razones de confianza política, ahora se retire con jugosas indemnizaciones, o que Mauricio se vea impedido de sustituirlos por falta de recursos públicos.
Si aquí no llueve de esto...
Por ello, ese planteamiento de Mauricio, que no despedirá empleados públicos debe modularse y precisarse. No se trata de llegar al gobierno a realizar una cacería de brujas, pero tampoco se trata que no mueva a nadie y que se vea obligado a trabajar con personal que no es de su confianza y que podría boicotear su trabajo.
En síntesis, este clima que ha sido positivo para el país debe ser la base para una relación mas franca entre los distintos actores políticos y sociales con el nuevo gobierno. Esto conviene a todos. Como decía mi abuela, Las cuentas claras y el chocolate espeso.
Ayutuxtepeque, jueves, 02 de abril de 2009.
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